Mostrando entradas con la etiqueta copago sanitario. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta copago sanitario. Mostrar todas las entradas

miércoles, 25 de julio de 2018

El volver de la universalidad


Hasta hace unos años todo parecía muy fácil. España gozaba de una sanidad envidiada por todas las potencias mundiales. Éramos un ejemplo de modelo sanitario. Pero los cambios políticos que ha habido en nuestro país no han favorecido esta realidad, hoy utópica.

En el año 2012, bajo el mandato del Partido Popular, aparece el RD 16/2012. Esta medida ha supuesto la exclusión sociosanitaria de millones de personas así como la estigmatización del pobre por el mero hecho de ser pobre. El gobierno de la Ministra Mato argumentó que esta medida era para favorecer la sostenibilidad del sistema, para evitar el turismo sanitario y porque el migrante le “cuesta” mucho dinero a España.

Hoy, año 2018, gozamos de peor sanidad que entonces y no hay ningún estudio que haya demostrado que el RD 16/2012 haya servido para mejorar el sistema sanitario español. De hecho un estudio publicado en mayo de 2018 en la revista Lancet, Measuring performance on the Healthcare Access and Quality Index for 195 countries and territories and selected subnational locations: a systematic analysis from the Global Burden of Disease Study 2016, se observa que España ocupa el puesto 19 cuando hace unos años estaba entre los 10 primeros puestos del ranking.

En el blog de nuestro grupo de trabajo http://terceriquartmon.blogspot.com, hizo una entrada el pasado 8 junio, la Dra. Rabanaque, a colación de un artículo The deadly effects of losing health insurance realizado por la Universidad Pompeu Fabra en el año 2017. En dicha entrada explica precisamente las repercusiones negativas que ha tenido este RD sobre la sociedad migrante, que ha sufrido un incremento de la mortalidad del 15%  desde el año 2012, mientras que la población autóctona ha mantenido la misma mortalidad. Los autores de este artículo creen que este incremento pueda ser debido a la falta de cobertura y acceso sanitario de este perfil poblacional.

Fruto de esta medida, en la Comunidad Valenciana se crea Odusalud, un observatorio del derecho universal a la salud de la Comunidad Valenciana, teniendo como objetivo el cumplimiento del derecho universal a la protección de la salud de los ciudadanos. Y no solamente eso sino que la Consellería de Sanidad propone una contrarreforma al RD 16/2012, el decreto-ley 3/2015 del 24 de julio para continuar con la universalidad sanitaria en la Comunidad Valenciana. Otras Comunidades como el País Vasco y Navarra tuvieron medidas semejantes para garantizar el acceso. Sin embargo una sentencia del Tribunal Superior acabó por abolir este decreto-ley y volver nuevamente al RD16/2012.

Pero corren otros tiempos en la política española que puede que hagan renacer aquel principio de universalidad y asistencia sanitaria presente en la Ley General de Sanidad (14/1986 del 25 abril) promulgada por Ernest Lluch. Su artículo, el 1.2 dice: son titulares del derecho a la protección de la salud y a la atención sanitaria todos los españoles y los ciudadanos extranjeros que tengan establecida su residencia en el territorio nacional.

La nueva Ministra de Sanidad, exconsellera de Sanidad de la Comunidad Valenciana, hacía en su acto de presentación unas declaraciones sobre su proyecto político en el ámbito nacional. Entre su lista de tareas pendientes aparecía el restablecimiento de la universalidad al acceso sanitario y la abolición del RD 16/2012.
              
En la web del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar social se ha publicado hace una semana Las claves de la Reforma sanitaria basada en 10 puntos que se pueden consultar en el enlace:

             
De estos 10 puntos de la futura reforma caben destacar los siguientes apartados, así expuestos en dicha web:

      Sanidad Universal: todos los españoles tendrán derecho a la asistencia sanitaria así como los extranjeros con residencia legal.

       Sanidad Gratuita: se comprometen a no introducir el copago ni a cobrar por ningún tipo de actuación asistencial incluida en la Cartera Común básica de Servicios.

       Sanidad Justa: se tendrá en cuenta la renta, la edad y el grado de enfermedad de los ciudadanos. Se protege a los más débiles: los parados sin prestación, titulares de pensiones no contributivas y las rentas mínimas no tendrán que pagar por los fármacos. Además se unificará en todas las Comunidades Autónomas las aportaciones del usuario en prestaciones ortoprotésicas, dietoterápica y transporte sanitario no urgente.

       Sanidad Solidaria: aportarán más lo que más tienen y menos o nada los que menos tienen.

       Sanidad Equitativa: será igual para todos los españoles garantizando que todos los ciudadanos reciban las mismas prestaciones sanitarias, independientemente de donde vivan.


El Gobierno se ha comprometido a garantizar la universalidad de la asistencia sanitaria para finales de julio. Sin duda es una gran noticia que levanta grandes expectativas entre los excluidos y los propios sanitarios, que día a día sufrimos dentro y fuera de la consulta situaciones de auténtica exclusión sociosanitaria, a veces difíciles de resolver en nuestro ámbito.

Quizás esa utopía que vivimos de 1984 al 2012, vuelva ahora para quedarse y para no irse nunca más.

Todavía hay sectores sociales, los aporofóbicos, que creen que estas medidas van en contra de la ciudadanía, pero nada más alejado de la realidad. La salud del prójimo es salud para uno mismo. Y no atender a un migrante empeora la salud del colectivo.

En el año 1934 Carlos Gardel junto con Alfredo Le Pera crean la letra y música del tango Volver. Quizás este extracto resuma muy bien las expectativas que se tienen sobre la nueva reforma sanitaria esperada desde hace 6 años plagada de universalidad, equidad, solidaridad, justicia y gratuidad.


Tengo miedo del encuentro
Con el pasado que vuelve
A enfrentarse con mi vida.
Tengo miedo de las noches
Que, pobladas de recuerdos,
Encadenan mi soñar.
Pero el viajero que huye,
Tarde o temprano detiene su andar.
Y aunque el olvido que todo lo destruye,
Haya matado mi vieja ilusión,
Guarda escondida una esperanza humilde,
Que es toda la fortuna de mi corazón.

Volver – Carlo Gardel y Alfredo Le Pera -


Luz de Myotanh Vázquez Canales


viernes, 6 de octubre de 2017

Aporofobia

Lux es una mujer nigeriana sin permiso de residencia que ejerce la prostitución en el barrio chino de Valencia, no tiene empadronamiento ni pasaporte en regla, cuando tiene un problema de salud, acude a una ONG socio-sanitaria para recibir atención médica.  Está atemorizada con acudir a un Centro de Salud por si le cobran la atención y no tener dinero para pagarla, además  de que sea una manera de tenerla “registrada” y  expulsarla de nuestro país. Lux es un ejemplo de aporofobia.

El término “aporofobia” acuñado por Adela Cortina (Catedrática de ‘‘Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia”) hace más de 20 años, hace referencia, tal y como recoge su libro  “Aporofobia, el rechazo al pobre”. “Dícese del odio, repugnancia u hostilidad ante el pobre, el sin recursos, el desamparado”( Del griego á-poros ( pobre) y fobéo( espantarse).

Es, ciertamente una expresión que no existe en otras lenguas  y aún no está introducido en la Real Academia Española de la Lengua.

Sin embargo, si que aparece en la Wikipedia y es ampliamente utilizada por asociaciones que trabajan en proyectos de exclusión social, como la Fundación RAIS que hace uso de él para explicar las situaciones de violencia ejercidas contra las personas sin hogar e, incluso, el Ministerio del Interior lo utiliza para tipificar un delito de ofensa a los pobres.

Existe  el repudio de la xenofobia y el racismo, de la hostilidad  hacia el “xenos” hacia el extranjero, o hacia el que es de otra raza;  pero nunca se habla de la repugnancia ante el “ áporos”, ante el sin recursos, ante el que parece que no puede ofrecer nada interesante a cambio. Y, sin embargo, ése es el que molesta, es la fobia hacia el pobre la que lleva a rechazar a las personas, razas y etnias habitualmente sin recursos.

No repugnan los árabes de la Costa del Sol, ni los alemanes y británicos dueños de la mitad del Mediterráneo, sólo nos repugnan los desamparados y pobres que son totalmente vulnerables y  que no aportan en la economía social.

Y es que es el pobre el que molesta, el sin recursos, el desamparado, el que parece que no puede aportar nada positivo al PIB del país al que llega o en el que vive desde antiguo, el que, aparentemente al menos, no traerá más que complicaciones. De él cuentan los desaprensivos que engrosará los costes de la sanidad pública, quitará trabajo a los autóctonos, es un potencial terrorista, traerá valores muy sospechosos y removerá, sin duda, el “estar bien” de nuestras sociedades, en las que indudablemente hay  pobreza y desigualdad, pero incomparablemente menor que las que sufren quienes huyen de las guerras y miseria. 


Adela Cortina aclara que la “aporofobia” no sólo se limita a la persona en situación de pobreza económica, sino a toda persona que esté en situación de vulnerabilidad.  Hay que tener una sensibilidad muy grande para ver quién es el desprotegido, el vulnerable, ya que no en todas las situaciones es evidente.

Detrás de la xenofobia que invade Europa y Estados Unidos, hay un sentimiento de aversión, de rechazo al pobre. Lo que molesta primero de los inmigrantes y luego de los refugiados, no es que sean extranjeros, sino que sean pobres. Todas las fobias- homofobia, islamofobia, xenofobia- son patologías sociales que se expresan en forma de odio al diferente, pero esta llega enmascarada por el rechazo al pobre. Esta expresión nos hace reflexionar sobre un sentimiento muy arraigado que, convenientemente manipulado con fines electoralistas, se ha convertido en un problema político y un desafio para la democracia.

“Donald Trump ganó las elecciones con un discurso “aporófobo” no xenófobo. No atacaba a los extranjeros en general sino a los mexicanos pobres”.

Cortina profundiza en la biología evolutiva para demostrar que la aporofobia está incrustada en nuestro cerebro como una marca de la lucha por la supervivencia como especie. “ Todos los seres humanos somos aporófobos”. Identificarse con el grupo y desconfiar del extraño durante mucho tiempo fue una forma de defenderse de la amenaza de otros grupos tribales. Pero también dentro del propio grupo surge el rechazo al pobre porque rompe las reglas de cohesión interna basadas en dar y recibir. Los pobres no pueden dar , luego nada se espera de ellos.

Esta es la razón por la que los discursos políticos  que apelan a este tipo de emociones, tienen tanta receptividad. Aunque sorprende que este discurso haya crecido tanto y tan rápidamente, cuando hace apenas unos años Europa vivía sus mejores años gracias a unas políticas públicas basadas en principios de solidaridad.
Se puede ahondar en la tendencia a la aporofobia si hay un discurso público que la favorece, una ideología predominantemente neoliberal, que es una reacción frente al Estado de bienestar y sostiene que el pobre es el único culpable de su pobreza.

Cortina considera que hay dos grandes antídotos frente a este tipo de fobias:

1-Reforzar y rehabilitar el Estado social. Reforzar el discurso de la igualdad y del respeto a los derechos económicos y sociales que es el fundamento de la social democracia. Garantizar estos derechos no consiste sólo en aplicar políticas para erradicar la pobreza, sino en disminuir desigualdades.

2- Educación en valores de solidaridad y respeto al diferente.  Educar para la inclusión y la cooperación y no para el conflicto.

Cortina, asegura que existe “un abismo” entre las declaraciones de los organismos públicos y las instituciones y lo que realizan. Por ejemplo en la Declaración de los Derechos Humanos firmada en 1948, que no ha visto su aplicación directa 60 años después. “Declarar es comprometerse”. La Unión Europea y las Naciones Unidas han firmado unas declaraciones que tienen que cumplir. Por una parte estamos hablando de que tenemos unos valores y defendemos unos derechos y a la hora de la verdad, queda muy lejos y justamente los que se quedan fuera de todo este juego son los peor situados.

Todo ello se hace patente en la actual crisis de los refugiados en que el viejo continente “se la está jugando”. Europa tiene una identidad fundada en la hospitalidad, que está incumpliendo. Hay que trabajar a nivel diplomático para que se acaben las guerras y no haya más refugiados, pero mientras tanto, hay que organizar la hospitalidad y el asilo, señas de identidad de Europa.
Europa no ha acogido a los 182.504 refugiados a los que se comprometió hace dos años. La Comisión Europea se fijó el 26 de septiembre de 2017 como fecha límite para acoger a las personas refugiadas y afrontar la crisis humanitaria.
España solo ha cumplido con el 11% de la cuota de reubicaciones y reasentamientos de personas solicitantes de asilo que, tras huir de países en llamas como Siria o Irak, esperan en campos de refugiados en Jordania, Líbano, Turquía, Grecia o Italia, donde reanudar una vida digna no es fácil.

En total, España ha reubicado a 1.279 solicitantes de asilo que llegaron por mar a las costas de Grecia e Italia.
Asimismo, ha reasentado a 701 personas de campos de refugiados de países limítrofes al conflicto sirio: 506 desde el Líbano y 195 desde Turquía.

En estas fechas expira el programa de la Comisión Europea de reubicación y por tanto, dejarán de registrarse nuevos candidatos desde Grecia e Italia.
La Comisión Europea se plantea incluir una nueva propuesta de acogida desde terceros países, como Líbano, Jordania o Turquía para personas que ya tengan el estatus de refugiado.



1- Cortina A,(2017)  Aporofobia , el rechazo al pobre. Editorial Paidós.
2-CEP (2017 , 14 de mayo ) “No es xenofobia, es aporofobia.” www.europapress.es. Derechos humanos.
3-Cortina A. (2000, marzo 7) “Aporofobia”. Articulo de opinión en El País.

4-Sanchez G. (2017, septiembre 25). ”España, entre los Estados que más han incumplido su cuota de refugiados junto a los países del Este”. El diario.es


Inma Rico Salvador.
Médica de Familia. 

jueves, 18 de febrero de 2016

RECORTES EN ATENCIÓN SANITARIA UNIVERSAL A INMIGRANTES/MIGRANTES. RÉPLICA A UN ARGUMENTARIO INSOSTENIBLE.

Las crisis económica, laboral y social que se ha vivido en el Estado Español en los últimos años ha descargado con especial fuerza en la población extranjera. Según el VII informe sobre exclusión y desarrollo social en España 2014 de la fundación FOESSA(1), el 24,4% de las personas de nacionalidad extranjera se encuentran en situación de exclusión social severa (13,2 puntos más que en 2007). Asimismo, la proporción de población extranjera en situación de exclusión moderada ha aumentado en 18,7 puntos. Se ha producido, pues, un aumento de las diferencias con la población española: si en 2007 había una diferencial de 5,4 puntos en la proporción de población que se encontraba en situación de exclusión severa, en 2013, este diferencial se cifra en los 14,8 puntos.
De forma global, por comunidades autónomas, destaca la Comunitat Valenciana con una tasa de exclusión del 32%, siendo la exclusión severa también significativamente más alta.

La relación entre exclusión social y salud es estrecha y bidireccional. Las condiciones de vida determinan la salud física de los individuos, de tal forma que el desempleo, la pobreza y las privaciones, inciden negativamente en la salud física y mental de quienes las padecen. Además, la presencia de estos problemas de salud puede constituir un fuerte obstáculo para la integración social y laboral, dependiendo de la red de apoyos y del acceso a servicios socio-sanitarios que pueda haber.

Por otra parte, las políticas de austeridad sanitaria aplicadas en los últimos años se traducen en listas de espera más largas, aumento del copago farmacéutico o recorte de ayudas a la dependencia, con el consiguiente impacto especialmente intenso en la población excluida. En concreto, en lo concerniente a la pérdida del derecho a la atención sanitaria universal y las dificultades para seguir obteniendo sus tratamientos.

A pesar de todo, siguen circulando rumores y estereotipos negativos en contra de la población inmigrante entre la población general, que dificultan la convivencia en la diversidad en nuestro país. Frente a esto, surgen corrientes que tratan de replicar a un argumentario cada vez más insostenible. Nos referimos a múltiples colectivos que aportan su esfuerzo a la llamada «Reforma Social Emergente» y que sería imposible nombrar de forma exhaustiva. Se trata de estrategias como «Stop Rumores» de la Federación Andalucía Acoge(2), de iniciativas de Sociedades Científicas en lo referente a Salud (grupos de trabajo como el de tercer y cuarto mundo de SVMFYC o atención al inmigrante de Semergen y publicaciones de consensos sobre atención al inmigrante(3)) o de
Organizaciones no Gubernamentales(4) o de plataformas como ODUSALUD (Observatorio del Derecho Universal a  la Salud de la Comunitat Valenciana)(5).

Intentaremos plasmar algunos apuntes de réplica aquí contra un argumentario que consideramos totalmente rebatible.

1- Los inmigrantes contribuyen a la financiación de los servicios sanitarios:

- No cotizan a la Seguridad Social.

Las personas extranjeras sin permiso de trabajo no pueden desempeñar actividades laborales y por lo tanto cotizar a la Seguridad. Este hecho no es de ninguna manera un privilegio, sino un elemento más de exclusión.

Sin embargo, y contra lo que muchas personas creen, excepto la atención a accidentes laborales y enfermedades profesionales, los servicios sanitarios públicos se financian en su totalidad a través de la vía fiscal general, no mediante las cotizaciones a la Seguridad Social(6).

- No pagan impuestos

Como los españoles sin ingresos, ni rentas regladas, las personas extranjeras sin permiso de residencia no pagan impuestos directos (impuestos sobre ingresos y rentas), como el  IRPF. Sin embargo, sí pagan los impuestos indirectos (impuestos sobre el gasto y consumo) que les corresponden, como el IVA y otros impuestos especiales. Los impuestos directos suponen un 29,0% de la recaudación fiscal estatal, mientras que los indirectos alcanzan el 26,2%(7). Es decir, las personas extranjeras sin permiso de residencia contribuyen al sostenimiento del Sistema Nacional de Salud en condición de igualdad con los autóctonos.

2- Los inmigrantes gastan más que los autóctonos

- Utilizan más los servicios sanitarios (datos anteriores al RD 16/2012).

Según datos de Andalucía Acoge consultan un 7% menos al médico de Atención Primaria que los españoles y en cuanto al uso global de la Atención Primaria acuden al menos una vez al año en un porcentaje del 12,7% frente a un 57,7% de la población española. La población inmigrante acude de modo muy espaciado, tanto a urgencias como a atención primaria, y normalmente lo hace por problemas muy concretos y particulares. En esto influyen la edad y las distintas necesidades de salud pero, cuando se ajusta por enfermedad o necesidades sanitarias, el uso es idéntico en adultos y en niños es un 6% menor. Además, el motivo por el que consultan suele perdurar en el tiempo, esto es,
suelen acudir por un mismo problema de salud que se mantiene en el tiempo (tal vez porque no acaban de resolverlo por distintos motivos como analizaremos después). Por otro lado, el porcentaje de casos con historia clínica abierta es pequeño, lo que dificulta la continuidad de la atención y la posibilidad de conocer sus necesidades.

- Gastan más en medicación.

Durante el año 2005, en la Región Sanitaria de Lleida el gasto en medicamentos de la población inmigrante era menor que el de la población autóctona, ya que el porcentaje de individuos que compraban medicamentos, el número de envases comprados y el precio de los fármacos eran significativamente inferiores en el grupo inmigrante. Repetido el mismo estudio, pero ahora en el año 2007, los autóctonos, tanto hombres como mujeres, gastaron más que los inmigrantes del mismo sexo, especialmente a partir de los 35 años. En todos los grupos de edad, los individuos del medio rural gastaron más que los del medio urbano. En todos los grupos terapéuticos, los individuos autóctonos gastaron más que los inmigrantes, ajustado por edad y sexo. Destaca el grupo de psicofármacos, en el que la ratio del gasto entre autóctonos e inmigrantes era la más elevada (4,5 en hombres y 2,9 en mujeres).También la población autóctona gastó más en antihipertensivos,
hipolipemiantes y fármacos para la osteoporosis(7).
Según datos de Andalucía Acoge un español gasta en farmacia un promedio de 374,01 euros/año y un inmigrante 73,70 euros/año.

3- Los inmigrantes utilizan peor los servicios sanitarios

- No muestran preocupación por los problemas en la atención sanitaria por tener otras preocupaciones.

Los inmigrantes muestran más preocupación, sobre todo a su llegada, por otros aspectos de su existencia en España: obtención de papeles, el trabajo, la vivienda, la falta de redes sociales, etc. La salud es un bien de uso, un medio para trabajar y atender a los demás, frente a un bien de consumo, de modo que «a la salud se le reconoce como valor cuando se ve la enfermedad, cuando la pérdida de salud es tan grave que imposibilita el ejercicio de las funciones diarias(3).

- Tienen los mismos problemas de salud que los de la población autóctona.

Las enfermedades importadas o inherentes a la raza no son especialmente frecuentes (de las primeras cabe destacar paludismo y de las segundas la hipertensión como más prevalente y grave en la raza negra).

Las enfermedades adquiridas son mucho más frecuentes por motivos laborales (condiciones laborales precarias, explotación irregular lo que implica por ejemplo que tengan más accidentes laborales), por diferencias en cuanto a estilo de vida (incomunicación, viviendas insalubres y precarias, hacinamiento, falta de educación, ausencia de redes de apoyo, dominancia de género, relaciones inter-generacionales, condicionantes religiosos, rituales), además de los problemas de acceso al sistema sanitario (RD 16/2012 (11)). Dentro de las enfermedades adquiridas, destacan las enfermedades adaptativas ya que adoptan los estilos de vida de la población en la que se integran, lo que les provoca patologías que en sus países de origen nunca hubiesen desarrollado destacando la patología psiquiátrica con cuadros frecuentes de somatización, ansiedad, depresión o el  fracaso escolar infantil(9).

- Cumplimentan mal los tratamientos y no realizan seguimientos adecuados.

Tienen peor acceso al sistema sanitario por irregularidades administrativas (RD 16/2012)(11), precariedad laboral (miedo a perder empleo), desconocimiento de nuestro sistema sanitario a su llegada, cambios frecuentes de residencia (generalmente en búsqueda de empleo) y añadidas barreras idiomáticas y culturales.
Presentan desigualdades en salud ya que es frecuente que estén infradiagnosticados e infratratados.

En poblaciones pobres, marginales y minoritarias se obtienen, generalmente, peores cifras de mortalidad en cuanto a años perdidos de vida y causa evitables, diferencias en la morbilidad, en la salud mental,en la salud dental,en la salud percibida, peores tasas de vacunación infantil, peor control durante el embarazo, menor calidad de la atención recibida, consultas de una duración inferior y menor frecuencia de remisión a especialistas. Paradójicamente, se constata que en general los que tienen más necesidad de cuidados sanitarios son los que tienen menor probabilidad de recibir servicios de alta calidad, según la denominada ley de los cuidados inversos(10).

Nuestro sistema sanitario no se organiza en la atención ante la diversidad racial y cultural. Partimos de una concepción medicalizada de las soluciones, basadas en intervenciones sanitarias dirigidas a cambiar los hábitos de vida, y que puede llegar, si se considera al individuo como único responsable de su conducta, a culpabilizar a la víctima. Nos encontramos ante barreras socioculturales e idiomáticas que dificultan lógicamente el diagnóstico y el tratamiento creándose obstáculos a la hora de comunicarnos y hacernos entender por la visión un tanto “etnocentrista” de la medicina occidental a la hora de atender a pacientes de culturas diferentes a la nuestra. Tal vez nos faltan herramientas a
la hora de atenderlos y así adaptar nuestras actuaciones a determinadas circunstancias.
Ello requiere estrategias como colaboración con mediadores culturales, con intérpretes y sin duda una mayor formación desde el punto de vista antropológico y de conocimientos de idiomas del personal sanitario, así como en el campo de la farmacología (farmacocinética y farmacogenética). El objetivo sería mejorar la salud de la población, utilizando para ello los medios adecuados para adaptarnos en la medida de lo posible al paciente que atendemos a la hora de diagnosticar y tratar al paciente. Se trata de individualizar, en función de las expectativas de médico y paciente, las pautas a seguir modificando posologías o vías de administración, por ejemplo. Nuestra actitud no debería
ser muy diferente de la que adoptamos cuando individualizamos la atención en los pacientes autóctonos afectos de patologías crónicas como enfermedades cardiovasculares, diabetes o E.P.O.C.

La adherencia a tratamientos es menor.

En ocasiones puede haber mala comprensión de la prescripción (barrera socio-cultural e idiomática), dificultad económica para la adquisición de medicamentos, o cumplimentación inadecuada por motivos sociales o religiosos (por ejemplo en el mes del Ramadán). También cabe destacar la importancia de las interacciones por uso concomitante de medicinas alternativas, impregnación de medicina mágica e influencia de esto en los efectos nocebo y placebo.
Otras veces, se hace necesario individualizar la terapia con respecto a la opción apropiada del fármaco en cuanto a dosis, posología, galénica, via de administración y duración del tratamiento teniendo en cuenta el origen del inmigrante (farmacoantropología).

No realizan seguimientos adecuados.

El infradiagnóstico y el infratratamiento conllevan a menudo una mala cumplimentación y un aumento del número de visitas por el mismo proceso no resuelto, generando inevitablemente problemas en el seguimiento de las patologías.

La Atención Primaria es la puerta de entrada al sistema sanitario. La atención a pacientes cuyo patrón de comportamiento frente a la salud y a la enfermedad no coincide con el modelo al que estamos habituados por motivos socioculturales, étnicos, o religiosos supone un reto para el médico de familia a la vez que un estímulo y un enriquecimiento profesional y humano. Es precisamente desde la atención universal y la individualización de la atención al paciente migrante, basada en el respeto y el sentido común, desde donde podremos aspirar a un modelo más equitativo, más solidario, más justo y por supuesto más sostenible en todos los aspectos.

BIBLIOGRAFÍA

1- VII informe sobre exclusión y desarrollo social en España 2014 de la fundación FOESSA.

2- «Stop Rumores» de la Federación Andalucía Acoge.

3- La atención al inmigrante: del aluvión a lo razonable. Documento de consenso SEMERGEN-SemFYC. Documentos nº 17. 2002

4- Declaración Europea Del Personal  Sanitario Por Un Acceso A La Atención Médica Sin Discriminación.

5- Odusalud

6- Ministerio de Sanidad y Consumo. D.G. de Cohesión del Sistema Naciona de Salud y Alta Inspección. Elaborado por la Subdirección General de Análisis Económico y Fondo de Cohesión.

7- Recaudación y estadísticas del Sistema Tributario Español 2002-2012. Ministerio de Hacienda y Administraciónes Públicas.

8- M. Rué et al. Estudio observacional del gasto farmacéutico en población Inmigrante y autóctona de la región sanitaria de Lleida (Cataluña). Aten Primaria.2010;42(6):328–337 

9- Cañada JL. Impacto de la inmigración sobre el Sistema Nacional de Salud. Revista Clinica Electronica en Atencion Primaria.

10- Martíncano Gómez J.L Guía de Medicina Transcultural. IMC. Madrid, 2003

11 - RD 16/2012.

martes, 2 de febrero de 2016

La Generalitat Valenciana subvenciona el copago a alrededor de 986.200 personas

A partir del 1 de enero de 2016 la Generalitat valenciana subvenciona el copago farmacéutico para pensionistas con bases liquidables anuales inferiores a 18000 euros y para personas con discapacidad con minusvalías superiores al 65% -o del 33% si son menores de edad.

Las ayudas son aplicables a tratamientos farmacológicos de pensionistas y farmacológicos u ortoprotésicos de personas con diversidad funcional, prescritos por profesionales del sistema sanitario público valenciano. Según los datos de la Conselleria de Sanitat, entre septiembre de 2014 y agosto de 2015, 403.334 pensionistas, que se beneficiarán de la medida, no iniciaron o abandonaron alguno de los tratamientos prescritos por su médico de la red pública. Por otra parte, el Barómetro Sanitario 2014 del Ministerio de Sanidad revela que un 7,9% de personas de la Comunitat manifiesta haber dejado de tomar por motivos económicos algún medicamento recetado por un médico de la sanidad pública en los últimos 12 meses. Es la tasa más alta de toda España. En el caso de personas con diversidad funcional, 43.300 no iniciaron o abandonaron un tratamiento recetado por un médico de la red pública.

Además, un 24% de las personas a las que se prescribió material ortoprotésico no lo adquirió, poniendo en riesgo su salud, así como su recuperación funcional o su proceso de rehabilitación.

Las ayudas a las que hacen mención los nuevos decretos están contempladas en los presupuestos de la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública, a través de dos líneas presupuestarias: una destinada a pensionistas y otra para compensar los gastos relacionados con la protección de la salud para personas con diversidad funcional. Las ayudas, que se informarán en las propias recetas, se gestionarán de oficio mediante la información de la que dispone la Conselleria o a instancia de los propios interesados.

La medida ha sido objetada, entre otros por el médico de familia Juan Simó en su blog, ya que no toma en cuenta las situaciones de falta de acceso a las prestaciones farmacéuticas de personas extranjeras sin permiso de residencia temporal o de trabajadores y afiliados a mutualidades y de sus beneficiarios. Igualmente por establecer límites de renta individuales y no familiares.