jueves, 28 de febrero de 2019

Buenas prácticas en atención hospitalaria con pacientes en situación de Exclusión Social

A menudo los profesionales que acompañamos a personas en situación de exclusión nos quejamos de las dificultades que encontramos cuando éstas necesitan atención hospitalaria. Suceden a veces: 
  • No valorar la adicción convenientemente para poder tomar medidas terapéuticas que faciliten la permanencia hospitalaria para tratar la patología por la que ingresa. 
  • Minimizar la importancia de la patología diagnosticando “problema social”, como si ambos no fueran compatibles. 
  • No tener en cuenta la opinión del paciente. 
  • Altas precipitadas sin un lugar donde pasar la convalecencia. 
  • Falta de coordinación con otros recursos para el alta. 
Son algunas de las cosas que pasan a veces y que deben mejorarse.
Pero este artículo no trata de eso, sino la realización de buenas prácticas con pacientes pluripatológicos que además tienen una situación social de exclusión grave. 
Escribo este artículo a propósito de un caso, de una persona que ha sido tratada en ingreso hospitalario por diversas causas cada año durante los últimos 5 años. 
Esta persona tenía una situación social de exclusión severa: situación de sin hogar, diabetes insulino-dependiente y trastorno adictivo grave a diversas sustancias. El paciente era atendido en Centro de Reducción de Daños, Unidad de Conductas Adictivas y Centro de Salud. 
Los diferentes ingresos de 2015 a 2019 fueron complicados al ingresar en estado grave y tener dificultades relacionadas con su patología adictiva para permanecer hospitalizado. Para una persona adicta, un ingreso hospitalario suma al malestar de la enfermedad por la que se ingresa, el síndrome de abstinencia a las sustancias a las que es adicta. Si no se tiene esto en cuenta,  es probable la solicitud del alta voluntaria por no poder soportar ese malestar, con consecuencias que pueden ser fatales e irreversibles.  
Buenas prácticas en este caso
Siempre se escuchó al paciente, sus necesidades y temores. Se le explicaron los tratamientos y se acordó cada medida terapéutica, lo que facilitó que aceptara las indicaciones médicas.
En todos los ingresos desde el hospital se contactó con el Centro de Reducción de Daños de referencia con el que estaba vinculado el paciente, ello permitió hacer un acompañamiento de apoyo y refuerzo de las pautas médicas, facilitando la permanencia en el hospital por el tiempo mínimo necesario para tratar la patología que motivaba cada ingreso. 
No se dio el alta terapéutica hasta asegurar unas condiciones físicas mínimas que le permitieran gestionar la patología por la que ingresó con el menor riesgo de recaída en ella, ajustando la estancia de forma diferente a como se haría con un paciente que tiene un lugar para realizar convalecencia y cuidados en domicilio.
Incidencia positiva de las buenas prácticas en la salud del paciente:    
  • El paciente confía en el sistema sanitario y pide ayuda cuando vuelve a empeorar, lo que permite prevenir un agravamiento e incluso la muerte del paciente.
  • El paciente permanece en el hospital el tiempo necesario para realizar diagnóstico y tratamiento, lo que permite un mejor pronóstico.   
  • Los profesionales del hospital cuentan con más información y colaboradores externos que refuerzan su trabajo, pues los servicios socio sanitarios de referencia tienen a menudo información muy valiosa, así como una relación de vínculo con el paciente que puede facilitar la confianza en el tratamiento por parte del paciente. 

Belén Sánchez Garcés
Directora del CIBE Castelló 

Fundación Salud y Comunidad

miércoles, 6 de febrero de 2019

Buenas prácticas en Cooperación


I'm no longer accepting the things I cannot change...I'm changing the things I cannot accept. (Angela Davis)



Muchos de nosotros hemos tenido una experiencia de voluntariado o cooperación puntual con algún proyecto sanitario o educativo probablemente en África, Abya Yala o la India, el cual nos ha aportado otra perspectiva sobre el mundo, una vivencia única dirían algunos. Otros estáis pensando en hacerlo, pero lo fundamental es cuestionarnos otras cosas: ¿qué impacto tenemos nosotros en las poblaciones con las que queremos colaborar? ¿Necesitan otros países la ayuda externa? ¿Qué cuestiones debo plantearme antes de participar en un proyecto de cooperación? A estas cuestiones intentaré responder en el siguiente artículo, a través de mi experiencia como voluntaria inexperta en Senegal, mediante anotaciones extraídas de la lectura del libro Blanco Bueno Busca Negro Pobrede Danny Peary (una fiera y lúcida crítica a los principales organismos de cooperación) y acompañándolo de materiales de la excelente campaña que ha lanzado la CVONGD recientemente.

Querida Cooperante-to-be que probablemente leas esto


Si te estás planteando colaborar con alguna ONGD en un proyecto de cooperación sería recomendable que te cuestionaras algunas cosas antes de decidir el proyecto.
  • No lo hagas por llenar un hueco en tu vida. No lo hagas para hacer tu Instagram más interesante. No lo hagas para buscar una aventura. No lo hagas para tener algo que contar. Hazlo porque así lo crees.
  • Rechaza visiones o sentimientos paternalistas. Son personas capaces, lo que principalmente no tienen es oportunidad y libertad económica.
  • No basta con buena voluntad. Cuestiónate tu capacidad y aquello que puedes aportar. De intenciones no se vive.
  • La cooperación debería definirse por la colaboración entre todas las partes implicadas.
  • A la hora de realizar donaciones se debe tener en cuenta las características de la zona, sus necesidades y las cosas que les pueden ser útiles.




Con quién cooperar y algunas buenas prácticas

Una vez que tienes claro que te mueve la coherencia y tienes las herramientas necesarias para cooperar, ¿qué debo esperar de la ONGD con la que participaré? Infórmate.
  • Exige transparencia. Un proyecto detallado, con todas las fases expuestas, incluyendo la metodología de evaluación posterior, con un seguimiento, con unas cuentas accesibles y si es posible, que expliquen las complicaciones que sufren en terreno.
  • Busca aquellas ONGDs que mencionen y dispongan de información accesible sobre las contrapartes en terreno. Es importante que lo hagan. Es igual de fundamental o más que la propia ONGD, que se dé valor a lo local.
  • Respeta la intimidad de las personas con las que trabajes. Pide permiso para subir fotos a las redes sociales.
  • Hay que trabajar CON la población, NO PARA la población.
  • Un aspecto positivo de la ONGD es que dé información y sensibilice sobre la situación real del país en el que colabora.
  • También es recomendable potenciar la economía del país. Por ejemplo, comprando la medicación y materiales necesarios para el proyecto en el terreno, dentro de lo posible.
  • Es aconsejable que para que determinados proyectos tengan un resultado favorable se les dé continuidad.
  • Un aspecto positivo es que la ONGD acepte cuestiones, críticas y opiniones de su contraparte en el terreno y de los propios voluntarios.
  • Conviene que las condiciones del alojamiento sean coherentes con el proyecto, evitando los excesos.

Cooperación sanitaria, otro reto

En primer lugar, es importante hacer un estudio del terreno para ver dónde es más necesaria la colaboración y qué recursos necesitan.
  • No hay que olvidar que la base de la cooperación es la colaboración. De la misma manera que nosotros como voluntarios podemos darles formación sobre temas que dominamos, también ellos pueden formarnos en otros aspectos en los que son expertos y que nosotros desconocemos.
  • Recordando la importancia que tienen los determinantes sociales, es conveniente invertir en aquello que vaya a tener más impacto en la salud de las personas. No sólo son necesarios los medicamentos y dotación sanitaria sino que también hace falta luz, carreteras, agua corriente, internet, archivos, vehículos…
  • En esta línea, precaución con lo que se dona, sea nuevo o viejo, aseguraos de que podría tener mantenimiento técnico a nivel local. Por ejemplo, no es útil enviar glucómetros si no van a poder comprar tiras reactivas posteriormente.
  • Investigad bien la prevalencia de enfermedades que presenta la población a la que vais a atender. Quizá te sorprenda la alta tasa de patologías crónicas como la hipertensión y la diabetes.
  • Debéis tener en cuenta que en ocasiones va a ser necesario la ayuda de un traductor local a la hora de realizar formación. En otras ocasiones puede ser preferible que esta sensibilización la realice el personal local. Previamente preguntad qué temas son los que más les interesan y les pueden ser útiles.
  • No existe un único modelo de desarrollo. No tratemos de implantar nuestra manera de vivir.
  • La cooperación de europeos es posible gracias a nuestro privilegio. Tenemos un pasaporte que nos permite acceder a casi cualquier país del mundo. En cambio, no sucede lo mismo con los habitantes de esos países donde vamos a cooperar.

Reflexiones finales:

España y otros países llevan casi 50 años dedicando dinero y “esfuerzos” a la cooperación internacional y a la ayuda al desarrollo. Hay que tener en cuenta que se necesitan muchos años de trabajo para poder ver resultados a gran escala. No pensemos que vamos a obtener frutos a corto plazo. Pero también son importantes los pequeños avances que se van consiguiendo poco a poco porque sí son beneficiosos a nivel local.
La cooperación perfecta creo que no existe ya que siempre va a depender de la aportación económica externa lo que inevitablemente será una relación desigual y dependiente.
En mi humilde opinión y en la de muchos, para que realmente cambie la situación en estos países, debe haber también una reforma en profundidad de las relaciones Norte-Sur.


A.R. Álvarez, R1 de MFyC