lunes, 15 de enero de 2018

VIVIR EN LA CALLE...

Cada seis días muere una persona sin hogar en España. Dormir y vivir en la calle tiene un componente de violencia estructural, que además se ve agravado por la violencia directa de la que en muchas ocasiones las personas sin hogar son objeto. Con motivo de la celebración del Día de las Personas sin Hogar, el domingo, 26 de noviembre, y bajo el lema “Somos personas. Tenemos derechos” se realizaron diferentes actos los días 23 y 24 en Elx, Gandia y València, y entre el jueves 23 y el martes 28 en Castellón para visibilizar la situación de las personas sin hogar en nuestro territorio y reivindicar sus derechos como personas en igualdad de condiciones al resto de ciudadanos. En la actualidad, se calcula que son 40.000 las personas en situación de sin hogar que viven en España (23.000 atendidas en centros asistenciales y de restauración según datos de la Fundació Arrels) y unas 400.000 en toda Europa. La situación de sin hogar no afecta solo a quienes viven en la calle, sino a todas las personas que se encuentran en una situación de exclusión residencial. En nuestro país, son pocos los estudios existentes y poco generalizables. Los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre las personas atendidas en los centros que ofrecen alojamiento o restauración son difícilmente extrapolables a toda la población que está sin hogar. De este modo, la información disponible para el conjunto de España divide la población sin hogar en una parte visible y mayoritaria, vinculada a centros de alojamiento y restauración, y otra parte más reducida y desconocida, que pernocta en espacios inadecuados y se encuentra en peores condiciones de vida. De hecho, otra fuente para conocer el total de personas sin hogar son los llamados recuentos nocturnos organizados en distintas ciudades. Además, existen aún grandes incertidumbres sobre las razones por las que las personas llegan a quedarse sin vivienda y por las que no se alojan en los centros que ofrecen las instituciones. Todo ello apunta a la necesidad de avanzar en el conocimiento del fenómeno para que se pueda formar un diagnóstico global e integral. 

ALGUNOS CONCEPTOS

 La palabra sinhogarismo es, hoy por hoy, un sustantivo escasamente utilizado no solo en los medios de comunicación, sino también entre la mayor parte de la sociedad. Si bien no hay un concepto universal estandarizado de persona sin hogar, en Europa existe un amplio consenso, aunque no oficial, en usar la categorización denominada ETHOS (European Typology on Homelessness and Housing Exclusion), propuesta por la Federación Europea de Asociaciones Nacionales que trabajan con Personas Sin Hogar (FEANTSA en sus siglas en inglés). La clave de dicha categoría es la exclusión de vivienda digna, en base a la cual identifica a cuatro tipos generales:

  • Personas sin alojamiento (“roofless” o sin techo): viven a la intemperie o en alojamientos de emergencia como albergues donde sólo puenden pernoctar temporalmente. 
  • Personas sin vivienda (“houseless”): viven durante intérvalos cortos en alojamientos para personas sin techo. Personas con viviendas inseguras: viven en alojamientos inseguros por peligro de desahucio o de violencia por las personas con quienes conviven. 
  • Personas con viviendas inadecuadas: viven en alojamientos móviles (que no son vivienda habitual), construcciones que no constituyen viviendas convencionales o estructuras semitemporales (chabolas o cabañas) y sin acceso a los suministros públicos -como los de agua, electricidad o gas- o viven en situaciones de superpoblación extrema. 
 En todos estos perfiles encontramos características comunes y cambiar de un grupo a otro puede ser posible en cualquier momento cuando una persona se encuentra dentro de la exclusión social residencial.

ALGUNOS DATOS SOBRE EL PERFIL DE LAS PERSONAS SIN HOGAR

En cuanto al perfil de las personas sin hogar, éste abarca tanto a varones con problemas laborales o de adicciones sin red social de apoyo, como a mujeres jóvenes y de edad intermedia separadas o divorciadas o que han sufrido malos tratos, así como a personas inmigrantes, a varones jóvenes ex tutelados que se quedan en la calle o a personas que padecen algún problema de salud mental. Según el documento Estrategia Nacional Integral para Personas Sin Hogar 2015-2020 (aprobada en consejo de ministros en noviembre de 2015) se observan en los últimos años, según el INE, algunos cambios destacables:

  1. Aumenta el número total de personas sin hogar en España así como el número de personas que pernocta en espacios públicos. 
  2. Hay más jóvenes y más mayores sin hogar: aumenta el número de personas jóvenes en la calle y también los mayores de 45 años sin hogar. Según datos de Cruz Roja, más de dos tercios (el 68%) tienen entre 25 y 49 años. La media de edad es de 40 años pero hay un 2,7% que tiene 80 años o más. 
  3. Aumenta la proporción de mujeres sin hogar especialmente entre los jóvenes. 
  4. Hay menor presencia de ciudadanos europeos entre el contingente de extranjeros sin hogar y un aumento de los no europeos. 
  5.  Aumenta el sinhogarismo por impagos, pérdida de vivienda y desempleo. Se detecta una mayor cronificación de las situaciones de sinhogarismo y de la búsqueda de empleo. 
  6. Fuentes de ingresos: la encuesta del INE recoge que aumentó en más del 97% el número de PSH que carecen de cualquier tipo ingreso (ni tan sólo prestaciones sociales ni ayudas de ningún tipo). Por otra parte, aumentaron el 80% las ayudas proporcionadas por las ONG.
  7. Destaca una tendencia a un mayor uso de pisos y pensiones en relación a quienes solicitan acudir a dormir en albergues. Situación sanitaria de las personas sin hogar: según distintos estudios, la esperanza de vida de las personas sin hogar está entre 42-52 años aproximadamente, 30 años menos que la población general. Las mujeres sin hogar jóvenes tienen una mortalidad prematura mucho más alta respecto al resto de los subgrupos y por encima de cuatro veces mayor que la población general. Su exposición a incidentes directa o indirectamente letales es muy alta. Las muertes suceden a lo largo de todo el año, no sólo vinculado al frío del invierno. Las muertes prematuras de personas sin hogar están principalmente asociadas a cuadros médicos crónicos más que a enfermedades mentales o abuso de sustancias. No obstante, hay un cuadro trimórbido que multiplica el riesgo de mortalidad precoz: abuso de sustancias, enfermedad mental y enfermedad crónica. 
  8.  Personas sin hogar más familiares: según datos de Cruz Roja, el 52,8% de las personas están solteras y el 30,4% están casadas o viven en pareja y el 67% tiene hijos (el 28,4% tiene 1 frente al 20,5 que tiene 2 y el 18,1% que tiene 3 o más). 
  9. Personas sin hogar con rasgos demográficos cada vez más similares a cualquier persona “integrada” en la sociedad: según Cruz Roja, la mayoría tiene estudios primarios o secundarios. Hay un 7% con estudios universitarios. 
  10. Mejora la valoración subjetiva de los servicios para PSH, habiendo mayor contacto con profesionales sociales en pisos y pensiones y menor entre quienes pernoctan en calle. 
  11. Se observa una mayor tendencia a más agresiones y delitos contra personas sin hogar, especialmente jóvenes y mujeres. 
  12. Se aprecian mejoras en las dotaciones de los municipios de más de 50.000 habitantes y un estancamiento o empeoramiento en municipios de menos habitantes. 
 A pesar de todo, siguen circulando rumores y estereotipos negativos en contra de la población en situación de sinhogarismo entre la población general, que dificultan una visión normalizadora y menos arquetípica de su realidad.

ALGUNOS MITOS RESPECTO A LAS PERSONAS SIN HOGAR

  1.  “Están así porque quieren” .“No quieren trabajar”. Gran parte de estas personas han trabajado, querrían trabajar e, incluso, trabajan.Algunas perdieron su empleo y tienen dificultades para encontrar otro, a veces simplemente porque no tienen una formación deseable en un mercado laboral cada día más exigente y supone un gran esfuerzo para ellas superar ese obstáculo a pesar de que se puedan poner recursos a su alcance desde la Administración Pública o desde la empresa privada. Otras, son víctimas de la explotación o trabajan en la economía sumergida para poder subsistir. “La pobreza no tiene solución, siempre habrá personas en la calle”. A pesar del incremento del número de personas sin hogar en gran parte del continente europeo, hay países, como Finlandia, donde no hay personas durmiendo en la calle gracias a políticas públicas elaboradas para la consecución de estrategias de abordaje integral. 
  2.  “Deben atenderse las urgencias principalmente en invierno”. Existen factores de vulnerabilidad durante todo el año (deshidratación, periodos de convalecencia que tendrían que hacerse bajo techo, etcétera). “La solución al sinhogarismo son los albergues… y no quieren acudir a ellos’’. 
  3. “Al menos tienen lo que la gente les da... la solución depende de la caridad y de la solidaridad de la gente”. Los albergues forman parte de un modelo que ya se encuentra en proceso de regresión. Los países más avanzados en materia social sustituyen este tipo de alojamiento por vivienda social y apoyo a largo plazo . Y es que, a menudo, los albergues no responden a la demanda y a los deseos de la persona atendida. Hay que comprender que las personas en situación de sinhogarismo tienen derecho a una vivienda digna, a tener su propio hogar como cualquier miembro de la sociedad, sean cuales sean los recursos de los que disponen. Es imprescindible afrontar la situación para encontrar soluciones desde los propios derechos de la persona, más allá de la caridad y la solidaridad. No se puede obligar a nadie a salir de la calle por cuestión de derechos, pero tampoco se puede privar a nadie de los derechos básicos a los que a menudo solo se puede acceder si se muestra favorable a la adhesión a un programa social (de vivienda, laboral, alimentario, etcétera). Es justo ahí donde entra en juego el apoyo de los expertos, si se requiere y es posible, para favorecer la reinserción social evitando juicios de valor y respetando la dignidad de las personas. 
  4.  “Ensucian la ciudad y generan problemas de incivismo”. Este tipo de afirmaciones se proyectan desde el punto de vista de quien tiene todo lo que se considera necesario para una vida digna. Habría que esforzarse en comprender que existen y se sufren otras realidades y que vivir en la calle supone no disponer de los espacios propios de un hogar. Estas personas no tienen más remedio que realizar en el espacio público, con el riesgo de ser sancionadas, las actividades que normalmente se hacen bajo la privacidad de un hogar . Por tanto, es inevitable que la circulación de personas en cualquier población genere usos molestos en los espacios públicos. 
  5.  “Solo hay hombres en la calle”. “Todos son alcohólicos y toxicómanos que se lo han buscado”. Se ha incrementado el número de mujeres sin hogar en los últimos años, como ya hemos abordado anteriormente. Es cierto que se mantiene el dilema sobre qué es consecuencia y qué es causa: la situación de sinhogarismo o las enfermedades adictivas o mentales. Sin embargo, lo que es innegable es que el sinhogarismo es un fenómeno multicausal. Por tanto, el estigma del alcoholismo o las toxicomanías y de las enfermedades mentales se reduce a un segundo plano al observar que, con la crisis económica y los conflictos sociales que generan los movimientos migratorios, se ha producido un incremento del sinhogarismo en la mayor parte de Europa. 
 Ante esta problemática cabe señalar la conveniencia de tratar el sinhogarismo como un fenómeno multicausal y no focalizar la información únicamente en las personas que lo sufren. Se impone desarrollar campañas dirigidas tanto a la población general como a profesionales sanitarios, para evitar la estigmatización de estos colectivos. Sería necesario buscar soluciones que impliquen actuaciones multiprofesionales para garantizar un abordaje integral de este fenómeno. Hablamos de estrategias que pasen por eliminar barreras de acceso a servicios y prestaciones sociales y sanitarias, por escuchar a las personas expertas y por dar voz a las personas sin hogar, evitando una mirada paternalista y compasiva.

Porque VIVIR EN LA CALLE… MATA.

La justicia social es una cuestión de vida o muerte. El modo en que vive la gente condiciona la probabilidad de enfermar y el riesgo de morir de forma prematura.
¿Y qué puede hacer un médico de familia al respecto? Tradicionalmente, la sociedad ha esperado del sector sanitario que se ocupe de las cuestiones que afectan a la salud y a las enfermedades. Sin embargo, ya en 2009, la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud de la OMS hizo un llamamiento para que se subsanaran las desigualdades sanitarias en la población mundial en el lapso de una generación. Para ello, es imprescindible medir la magnitud del problema, analizarlo y evaluar los efectos de las intervenciones. Así, cobran cada vez más sentido medidas como la incentivación (a través de los acuerdos de gestión) del registro en la historia clínica electrónica de la condición de sinhogarismo. De la misma forma, sería recomendable que se registraran otros determinantes sociales que repecuten en la salud de la población. Se trata de destacarlos como problemas de salud y de que aparezcan en forma de «alerta» como las alergias ó la condición de fragilidad.

OTRA VISIÓN ES POSIBLE y puede ser una buena opción empezar a actuar desde las historias clínicas de atención primaria.

 BIBLIOGRAFÍA

  1. Informe sobre la vulnerabilidad social 2014 de Cruz Roja Española.
  2. Estrategia Nacional Integral para Personas Sin Hogar 2015-2020 (Gobierno de España).
  3. Guía de estilo sobre sinhogarismo. Podrías ser tú. Xarxa d´atenció a persones sense llar Barcelona.
  4. Avanzando hacia la equidad Propuesta de Políticas e Intervenciones para reducir las desigualdades Sociales en salud en España (INFORMES, ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN 2015 MINISTERIO DE SANIDAD, SERVICIOS SOCIALES E IGUALDAD).
  5. “La salud de las personas en situación de sin hogar acompañadas” por Cáritas. Informe del año 2013.
  6. Subsanar las desigualdades en una generación (resumen analítico del informe final). Comisión de de determnantes sociales de la salud de la O.M.S. 2009.
Ariadna Cucó Alberola. Metgessa de Família. Centre de Salut La Fàbrica. Alcoi.

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